El haiku, el fin del eclipse
En mis manos
va
prisionero
el recuerdo.
Mar, te vi
nacer.
Postrado
estabas
en la
montaña sin sol.
Eras ocaso.
Mis
presagios son
cada ola que
rompe en ti.
Eres marea
alta.
En ese beso
se esconde
la mañana.
Ya no sale
el sol.
No ve las
rocas,
perdido está
en la grama.
El cielo silba.
Una gota va
Sola del sol
al suelo.
Fin del
eclipse.
La lumbre
muere
en el frío
de la costa.
Las horas
queman.
Un ojo al
viento,
despierta
intensamente
todo
recuerdo.
Mi caída
libre
es la
escalera al sueño.
Despierto
solo.
Silencio
serás.
Las
madrugadas visten
sueños
redondos.
Leer las
sabanas
con sus
tramas perfectas.
Despierta el verso.
El día
aclaró.
Sujeto a tu
piel vimos
desterrado
al sol.
Fotografía: Philip Jones Griffith
CAMBODIA. Angkor Wat. 1995. Solar eclipse.
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